lunes, 30 de julio de 2012

ASCENSO AL MANQUEHUE.

Último domingo en Santiago. El sábado decidimos que sería buena idea hacer algún ascenso con mochila para entrenar y ver en que estado físico nos encontramos para afrontar la expedición latinoamericana, que nos llevará durante meses desde la capital chilena hasta Ciudad de México.

Hace un día increible, ni una sola nube en el cielo, y un calor propio de la primavera. Parece que es el día perfecto para hacer un trekking de estas características. Vamos a subir el cerro Manquehue, un volcán extinto de 1640 metros. La caminata empieza en la sombra en donde el bosque protege los senderos, hoy repletos de gente, de la luz solar creando juegos de luces cuanto menos curiosos.
Conforme ascendemos, el camino se torna cada vez más difícil, empedrado y empinado, la vegetación comienza a ser menos densa y da paso a matorrales y cactus que crecen desafiando la gravedad en las ya escarpadas paredes del volcán. Las vistas son increíbles, se puede observar la cordillera de Los Andes perderse hacia el norte, asomando infinidad de picos de entre la bruma baja. También Santiago, que desde esta perspectiva se convierte en una maqueta, impresionante.
Tras una hora y veinticinco minutos soy el primero del grupo en hacer cumbre. Cinco minutos más tarde llega Ricardo. Un cóndor de unos 2 metros nos regala su vuelo. Nos quitamos las camisetas, sentimos el calor del sol, respiramos hondo y al mirar al horizonte desde esta posición privilegiada doy por inaugurada la siguiente etapa de mi vida.





domingo, 29 de julio de 2012

LA PRUEBA.

Hace diez meses tomé la decisión de salir en busca de una oportunidad. Quería conseguir lo que España no me ofrecía, un trabajo, un trabajo de piloto. Aquéllo por lo que siempre había luchado, eran esas ganas de volar lo que me impulsó a dejarlo todo y perseguir mi sueño.

Decidí hacer la maleta, despedirme de los míos, que son muchos, y venirme a Chile porque su línea aérea de bandera estaba en expansión y decidí probar suerte. Creí que sería más fácil. Llegué el 26 de Septiembre de 2011.
Conseguí tras mucho esfuerzo y paciencia que me convocasen a la convocatoria de pilotos chilenos (no estaban contratando extranjeros). Lo hice lo mejor que pude y dejé una buena impresión, pero no fui seleccionado. Intenté trabajar de otras cosas pero mi condición de inmigrante no me favorecía, hice lo indecible para subirme a un avión pero no hubo manera...no de momento.

Siempre pensé que la PRUEBA iba a ser esa en la que evaluasen mi perfil y mis capacidades como piloto, pero nada más recibir la noticia de que no había sido seleccionado tras el sacrificio personal que había supuesto, la ilusión, la concentración, la disciplina y las ganas que había invertido en tal proyecto y todos los obstáculos que había tenido que sortear, por ser extranjero, para llegar a mi objetivo me di cuenta que LA PRUEBA que se me había puesto era otra...

LA PRUEBA consistía en encajar el golpe, aprender de ello y construir con lo que tenía, con lo que era y con el lugar donde me encontraba algo que me hiciera feliz de nuevo para seguir adelante...y así lo hice.
Buceé hacía adentro y decidí que era mi momento de explorar... porque viajar cura el alma...abre mentes y hace que te sientas vivo...aquí empieza EL VIAJE...mi viaje de renovación. Abróchense los cinturones, vamos a despegar...




sábado, 28 de julio de 2012

LA JOYA DEL PACÍFICO. VALPARAÍSO.

Valpo para los amigos, está situada en la costa central de Chile, a 120km al NO de Santiago. Fundada en 1543, se convirtió en el mayor puerto del Pacífico Sur en los 1800s. Lo primero que se respira al llegar a esta ciudad son sus ganas de contarte leyendas. Leyendas de piratas, de balleneros y de mercaderes...con gran tradición marinera todo gira en torno al puerto que un día le dio el esplendor y que la convirtió en una ciudad rica, hoy ya venida a menos.

Lo mejor de Valparaíso es sin duda su personalidad, no hay otro sitio en el mundo en el que haya estado que se le parezca. Al pasear por sus abruptas calles te vas sumergiendo en un mundo de colores y de historias...puedes contemplar el Oceáno Pacífico desde cada rincón y disfrutar con la arquitectura post-colonial del sXIX, los versos de Pablo Neruda te asaltan en cada esquina... se respira una atmósfera mágica. Puede parecer una ciudad  desordenada y descuidada pero en esto reside su belleza, sólo hay que saber apreciarla.

Es la ciudad bohemia de Chile por excelencia (te das cuenta en seguida)  y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Valparaíso no se cuenta...se vive. Así que como reza su eslogan "APAGA LA TELE VIVE TU VIDA" y si es con una cerveza local (Del Puerto) en mano, mejor.



martes, 10 de julio de 2012

TREKKING EN LOS ANDES.

Monumento Natural de El Morado. Cordillera de Los Andes (Chile). Noviembre 2011.

Salimos de Baño Morales hace ya más de 4 horas. Nos unimos a otro grupo de excursionistas y vamos adentrándonos en la imponente cordillera de Los Andes, conforme dejamos la civilización atrás y vamos ganando altitud me hago consciente de lo diminuto que soy y caigo en la cuenta de que me encuentro en uno de los lugares más inóspitos del planeta. 
El silencio, sólo roto por nuestros pasos y por el silbido del viento al pasar entre las cumbres nevadas y los estrechos valles que forman el paisaje, un paisaje lunar de colores rojos y tierras. No hay plantas que resistan los embates del viento y la nieve, hay menos oxígeno para vivir también, se va notando a cada paso que damos...cuesta respirar y te cansas más rápido.
Realmente es complicado explicar lo que se siente al estar a miles de kilómetros de tu casa atravesando una de las sierras más famosas y peligrosas de la Tierra, y disfrutar de su belleza implacable junto nuevos amigos de diferentes nacionalidades...
Al fin llegamos al campamento base, según los mapas a unos 3000m justo a las faldas de el glaciar El Morado( objetivo de la expedición y que nunca alcanzaríamos debido a una tormenta de nieve que nos obliga a descender al día siguiente antes de lo esperado)...Montamos el campamento, jugamos a las cartas, bebemos pisco y birra en la tienda...observamos el valle con sus cascadas y sus caballos salvajes, corremos junto a ellos...respiramos hondo...tras un atardecer que tiñe las montañas de un naranja fuerte y la nieve más blanca encendemos una hoguera, cenamos en familia... y a dormir bajo un manto de estrellas infinito y el agua de las cascadas de fondo...




Al día siguiente nos sorprende una ventisca, fue un descenso duro complicado por el viento y el frío pero al llegar de nuevo al pueblo recuperamos fuerzas tomando chocolate caliente al lado de la chimenea en una cabaña con la promesa de volver y llegar, esta vez sí, al glaciar.