lunes, 10 de septiembre de 2012

Lima. Un balcón colonial al mar.

23.08.2012


A Lima llegamos desde Cusco, después de 22 horas de autobús. La capital peruana nos recibe con un cielo encapotado y tristón, típico por estas fechas, y que le da el apodo de Lima la gris.

Es cierto que es gris, la primera impresión es de una ciudad enorme, impersonal y para muchos caótica. Cierto que es caótica pero después de pasar por La Paz, me parece un oasis. Bueno tampoco, pero si que me resulta al menos más acogedora.

Nuestro hostel está en pleno corazón del barrio Miraflores, en el parque Kennedy. Desde aquí recorreremos  sus calles durante cuatro días y descubriremos una ciudad que gusta y que desencanta a partes iguales y nunca sabes con cuál de ellas quedarte.

Por un lado, está la ciudad gris,desordenada, con tráfico intenso, de ritmo frenético, insegura en muchos puntos y con poco que contar.

Por otro, tenemos una Lima colorida en sus fachadas coloniales, monumental con sus iglesias, conventos, palacetes y con su Catedral, los balcones compiten en las calles por ser el más admirado. Los barrios como Barranco le dan el toque bohemio y romántico a la ciudad. Asentada sobre una meseta que acaba en un barranco al mar, Lima se dispone como un balcón al Océano Pacífico al que los limeños se asoman a diario recorriendo el paseo que lo bordea. Tampoco hay que olvidar que es la capital gastronómica de sudamérica y tiene una escena nocturna digna de cualquier gran capital mundial.

Así que depende de uno, como en la vida, con que cristal observes esta metrópoli, y yo soy de los que ve el vaso siempre medio lleno.





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